La actual situación de pandemia provocada por el coronavirus, no sólo ha tenido aspectos negativos en nuestras vidas. El confinamiento ha provocado que tengamos más ganas de salir a la calle que nunca y ya de paso, de hacer deporte, disfrutar de la naturaleza y ponernos a punto para esta época estival. Tanto deportistas habituales, como los que no lo eran, se han calzado las zapatillas y han salido a correr, a caminar o hacer el deporte que pudieran, teniendo en cuenta las limitaciones según las diferentes fases.
Cuando realizamos actividad física, y más si estamos empezando, debemos tener en cuenta, que la dieta debe ser equilibrada y adecuada al ejercicio que estemos realizando. La carne de cerdo de capa blanca y sus derivados cárnicos son alimentos de gran calidad nutricional y adecuado perfil lipídico, por lo que se recomiendan en la dieta para deportistas. Al hacer ejercicio, no sólo es necesario cubrir las necesidades nutricionales básicas, sino que debe cubrir el gasto derivado del esfuerzo adicional, el cual aumenta las necesidades de algunos nutrientes además de las energéticas.
Dentro de las diferentes propiedades nutricionales de la carne de cerdo de capa blanca, cabe destacar un importante contenido en proteínas de alto valor biológico, necesarias para la conservación y desarrollo de la masa muscular, que además permiten el aporte de aminoácidos esenciales necesarios para un deportista. Otro aporte importante es el de los minerales, entre ellos el fósforo y el zinc, que contribuyen al mantenimiento normal de los huesos y también potasio, que favorece el funcionamiento normal de los músculos.
En el caso de deportistas que llevan a cabo un gran nivel de actividad física, la alimentación debe llevar asociada una elevación en la ingesta de hidratos de carbono, siendo necesarias para su metabolismo vitaminas del grupo B (B1, B3, B6 y B12). La carne de cerdo contiene vitaminas como la B3, B6 y B12, especialmente interesantes en el deportista, ya que ayudan a disminuir el cansancio y la fatiga.
Respecto al contenido en grasa, se considera que la carne de cerdo de capa blanca se ajusta al perfil lipídico recomendado en una dieta equilibrada, ya que una tercera parte de la grasa es saturada, siendo el resto principalmente grasa monoinsaturada. Esto es muy importante ya que un menor consumo de grasas saturadas contribuye a mantener los niveles normales de colesterol sanguíneo.
Por otro lado, los derivados cárnicos como el jamón serrano y el lomo embuchado son fuente de hierro, que contribuye a la formación normal de glóbulos rojos y al transporte normal de oxígeno en el cuerpo.
Con toda esta información, podemos concluir que la carne de cerdo de capa blanca y sus derivados cárnicos, son alimentos con una elevada concentración de nutrientes, necesarios en todas las etapas de la vida y, en especial, en aquellas situaciones en las que ciertas necesidades están aumentadas, como en la práctica de ejercicio físico. Por ello, son ideales para incluir en la alimentación del deportista de 3 a 4 veces por semana en el contexto de una alimentación variada y equilibrada.
Texto basado en información de interporc.com